Parafraseando a la gran Manoli, esta crónica no empieza hoy. Esta crónica empieza hace unos 6 meses… cuando un día me dio por salir de paseo con mis chuchas al Parque Lineal del Manzanares. Me gustó el ambiente: gente a raudales caminando, corriendo o pedaleando. Y quise sentirme parte de aquello. Lo primero que pensé fue en comprarme una . Pero pronto descarté esa idea por dos motivos: falta de espacio en casa para guardarla y desembolso económico elevado… ahora cuando pienso en lo segundo me pregunto si no me equivoqué de deporte con el running
El caso es que sin dar demasiadas vueltas más al tema, un día del caluroso mes de julio, me planté las primeras zapatillas que encontré por casa y me puse a corriandar. Después llegó , el diario, los consejos y las pequeñas mejoras. Y como no, el gusanillo por las carreras.
Y buceando por la red me enteré de que en “mi parque” todos los años se celebraba una carrera allá por el mes de enero: el Trofeo Páris. Y con ese objetivo a la vista seguí entrenando y tomando contacto con el mundillo de las competiciones. Sobra decir que me faltó tiempo para inscribirme a la carrera en el mes de noviembre cuando se abrió el plazo.
Pasó el otoño, llegó el invierno, el Año Nuevo …. Bla bla bla, bla bla bla… Y llegó el 8 de enero, día de la carrera.
Preliminares, los de siempre. Nervios, algo más de la cuenta, pero ¿Por qué, si hoy juego en casa? Será por si me pasa lo mismo que al Atleti de mis amores…
Me sitúo al final del cajón de… ¿Dónde está el cajón de los 60’, o por lo menos el de los 55’? Bueno, pues nada, en el último que hay, el de 50’. ¡¡¡Y yo con estos pelos!!!
A las 11:20h dan la salida. En los últimos entrenamientos he hecho el recorrido varias veces, así que no debería haber miedo escénico. Hay que dar dos vueltas a un circuito que bordea en gran parte el río Manzanares. El primer km es sobre asfalto, para luego adentrarnos en los caminos de tierra. Salgo “fuerte” y completo los 2 primeros kms en menos de 11’. ¿Demasiado rápido?
Gran ambiente alrededor. Niños y mayores animando por ambos lados. Dejamos atrás el cabezón que da fama al parque y que nos observa desde las alturas para continuar con la parte más bonita del recorrido, que discurre a lo largo de la ribera del Manzanares. Así que lo que toca es ¿disfrutar??? ¡¡¡No!!!! Hoy he venido a darlo todo… tengo el resto del año para contemplar a los Sres. Patos y sus hijos los Patitos
Llegamos al km 3 y cruzamos un pequeño puente para cambiar de sentido. Y en este punto, empiezo a pagarlo. Y me acuerdo de Mayo y su última carrera: al cansancio se ha unido algo de flato: mal momento para reaparecer. Intento engañar al coco, pero es difícil cuando todavía no has completado ni la mitad del recorrido. Tiro de “recursos” y me centro en la gente que tengo alrededor intentando seguir su ritmo. Aún así, alcanzar el km 4 me ha parecido una eternidad. El Garmin va con aviso de batería baja, con lo que un mensaje en pantalla me impide ver el ritmo y las pulsaciones: mejor.
Por fortuna parece que lo peor ya ha pasado. Más gente animando y…. ¡¡¡NIÑOS PIDIÉNDO CHOCAR MANITAS!!! A primera vista parece que esperan a alguien conocido, pero ¡¡¡no!!! Les vale la de cualquier corredor que quiera ofrecérsela. Y allí voy yo, va por ti AUPA!! Cuatro o cinco, así de un tirón, ¡TOMA! Terminamos de subir un pequeño repecho y llegamos al km 5 de la carrera. Otras dos manitas infantiles que chocar. Y agradecimiento paterno . Inyección de moral!!
Y comienza la segunda vuelta. Y ¿A quién me encuentro? A mi madre dándome ánimos…. ¡¡Yupi!! La esperaba en la llegada, pero no en este punto de la carrera. Ahora sí que voy cargada de energía otra vez. Kms 6 y 7 relativamente fáciles, en ligera bajada y por camino espacioso.
Y de nuevo a bordear el río. Me adelanta una corredora de edad avanzada… imposible seguir su ritmo. ¡Dios! De mayor quiero ser como ella, o por lo menos seguir siendo capaz de mantenerme en forma.
Ya voy bastante justa de fuerzas, se puede decir que sufriendo un poco… o bastante…(Pensamiento 1: “El dolor es pasajero, el orgullo es para siempre”). Me aferro a la idea de terminar la carrera como sea e intento bajar el ritmo.
A duras penas llego al km 8. Y otra vez a engañarme psicológicamente… (Pensamiento 2: “Ya no queda nada, 2 kms pasan rápido… y Elisa me habla de medio maratón… Ante eso no hay engaño posible, el que vale, vale, y lo demás es tontería”)
Estoy rodando por la parte del parque que más conozco, donde más veces he corrido. Y tengo en mente el cartel señalando el último kilómetro que he visto en la primera vuelta. Somos pocos los corredores que vamos por aquí, así que me marco objetivos a media distancia para no quedarme descolgada. Y por fin, llegamos al km 9.
Vuelvo a mirar en Garmin con el aviso de batería baja y me doy cuenta de que pone “pulsar enter”. Así lo hago y se quita el mensaje. Puedo ver la pantalla completa entonces. Y me fijo que marca 50’ y pico. Voy mejor de lo que pensaba. Soy consciente de que puedo mejorar mi última cutremarca y me animo. Hoy no voy a poder esprintar porque voy justita, pero por lo menos queda margen para superarme. En el suelo están marcados los ½ kms, por lo que tengo referencia de la distancia real.
Los últimos 400 metros son en ligera subida, que le vamos a hacer. Mientras subo voy pensado en la gente del foro (dos minutos pueden dar para mucho). Todos en general. Pero en particular me acuerdo de Jesús (Mali para muchos), cuando un día me dijo que si ahora “rodaba” a 6min/km en un año rodaría un minuto por debajo, poco probable por otra parte, y de Donna, ella sí que corre, un modelo a seguir .
Llegada a meta
Me motiva saber que carrera a carrera voy mejorando. Voy a superarme, por mí, pero también por todos los que me han animado y aconsejado tan sabiamente. Ahora sí que no paro de mirar el reloj. De los 55’ no voy a bajar. No importa, voy a estar “lejos” de los 58’ de la San Silvestre, y de eso sólo hace una semana.
Últimos metros, y mi SRA. MADRE otra vez ahí, aplaudiendo. Saludo, sonrío, y sigo sonriendo para la posible foto finish. Se acabó el entrar en meta con cara de sufrimiento. Y por fin, paso por el arco de llegada. Paro el crono. Tiempo: 55’45” Y besos a mamá antes de recoger el avituallamiento.
Y ya para terminar, tras hidratarme y estirar convenientemente , me he situado en un lugar estratégico para animar a los participantes de la carrera de 5km que ha empezado tras concluir la “nuestra”. Uno no sabe lo que se agradece un pequeño gesto hasta que lo recibe en propias carnes.
Ostras!! Que tocho me ha salido (Para variar)
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