lunes, 18 de junio de 2012

III Carrera Proniño

Aquí va la crónica, más que nada para recuerdo personal… aunque como siempre, si hay güevos u ovarios de leerla, pues aquí queda:

Después de las duda´s y de finalmente decidirme a correr, la idea es terminarla sufriendo lo menos posible… si la tengo que hacer a 7min/km como en el entrenamiento del otro día, así sea. Pero intentando encontrar un ritmo donde las molestias sean las menos(por mi salud física, pero también mental). Recorrido desconocido pero estudiado sobre el papel. Cuestas tendidas, largas… en general no demasiado duras. 
9:00 a.m, Calor insoportable. Se me ha olvidado la gorra . Sea lo que el Dios del Running quiera. Sin presión. No sé si a disfrutar, pero por lo menos a no sufrir. 

Salida en ligera subida. Despacio y de momento sin mirar el reloj. Un camión de bomberos nos “riega” nada más empezar  Tras el pequeño repecho, bajada hasta el km 2. Sin presión. Sin cebarme. Sin molestias. Y con mucho cachondeíto en la cola del pelotón (¿Hay carrera por encima de 6min/km? SI!!!!). 

Primera subida de cierta importancia a partir del km 2,5, de 1km más o menos. Una familia animando. Correspondo con aplausos y como de momento parece que soy capaz de hablar, doy las gracias. Y la mamá animadora responde que nos lo merecemos. Me crezco  y al final de la subida choco varias manitas . De momento no parece que haya molestias importantes.

Giro de 180º y a desandar lo andado, ahora en bajada . Km 4, miro el crono: 24 y pico, no está tan mal. El cuerpo comienza a notar calor. Y pensar en el avituallamiento  se hace inevitable, a pesar de que todavía queda 1km. Me da la impresión de que empiezo a tener una pequeña molestia. Es poca, así que intento olvidarme de ella y concentrarme en otras cosas: tomar referencia de algún corredor, escuchar sus conversaciones (¡¡¡COTILLA!!!).

Km 5, el Garmin pita antes de llegar al cartel que lo marca. En este punto y hasta llegar al avituallamiento ha sido uno de los tramos donde se puede decir que sí he sufrido: muchos corredores andando, otros maldiciendo porque por allí todavía no se ve el agua, y encima subiendo… un poco desmoralizador. 

Y por fin se ven las mesas donde los corredores se agolpan. Cojo una botella y doy un par de sorbos. Pero beber no es lo que más me urge; necesito refrescarme todo el cuerpo. Bajo el ritmo y me empapo . ¡Y que bien me sienta! 

Seguimos subiendo hasta el km 6. Pero el agua me ha dado vidilla. Parece que lo peor ha pasado. Llegar al km 7 no se me hace difícil, prácticamente en llano. No puedo evitar mirar el reloj. Y me sorprende gratamente saber que el ritmo no es ni de lejos el que al principio tenía en mente. Sobre todo porque me noto relativamente cómoda y sin sufrir (hoy no tocaba). 

A la altura del km 7,5 nos cruzamos con Chemita Martínez  (ganador de la carrera). Baja para buscar a alguien (parece ser que es costumbre, también lo hizo en ediciones pasadas). Acompaño el aplauso de los de alrededor.
Llegamos al km 8. Pensamiento… ya está (casi) hecho. La cadera  va protestando lo justo. Cada vez vamos viendo a más corredores  que han terminado. Junto con los voluntarios nos animan. Nos queda la última subida (la peor) hasta poco más del km 9 y luego ya casi todo bajada hasta la meta. Lorenzo aprieta que da gusto. Y ni una puñetera sombra, OIGA!! 
Por fin, último giro, y la llegada que se ve al fondo. Acelero . Pero la meta sigue siendo lejana. Se hace eterno. He empezado demasiado pronto a esprintar. 500 metros de recta son muchos o, ¿Es que hay alguien que se está dedicando a mover el arco a medida que uno se acerca?  Sufro porque quiero llegar ya. Por la izquierda me adelanta una corredora a toda leche, parece que está en la final de 100 metros lisos. Eso sí es esprintar y lo demás son tonterías. Últimos metros interminables, y por fin, llegada a meta. Tiempo 1:01:54.

Impresión final: Ni tan bien como me hubiera gustado, ni tan mal como había llegado a pensar.

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